Mientras más estudio, más ignorante me siento

He escuchado muchas veces decir que basta con ser salvo para que ya puedas compartir tu fe con otras personas. Sin duda que eso es cierto, pero, ¿Es suficiente para vivir una vida como un verdadero cristiano?

Estamos de acuerdo que para compartir el evangelio con el mundo, la muerte de Cristo en la cruz por nuestros pecados, siendo inocente, y la resurrección al tercer día, es todo lo necesario para para hablarle a otra persona de Cristo, pero si no entiendes el contexto y la historia completa de redención en el antiguo y nuevo testamento, es posible que te encuentres con muchas preguntas que no puedas responderle al inconverso o, de hecho, quizás tu mismo no sepas responder.

¿Qué pasaría si al momento de estar compartiendo tu fe con algún inconverso, te hiciera las siguientes preguntas?:

  • ¿Qué significa que Cristo sea el Cordero de Dios? ¿Por qué un cordero?
  • ¿Y por qué simplemente no nos perdona Dios, en vez de que muera un inocente?
  • ¿Y por qué no son todos salvos si murió por todos?
  • ¿Cómo puede ser un solo Dios, pero a la vez decir que Jesús es Dios y que el Espírito Santo es Dios?
  • ¿Cómo puede Jesús ser completamente Dios y completamente hombre?
  • ¿Y qué pasa con las personas buenas que no tienen la posibilidad de escuchar de Jesús?
  • ¿Qué significa nacer de nuevo?
  • ¿Qué significa que ahora somos esclavos de Cristo?

Esa y muchas otras preguntas no son nada especiales, sino mas bien comunes a la hora de evangelizar. Si realmente entiendes y crees el evangelio, sería bueno que también pudieras entender todo lo relacionado al evangelio, como esas preguntas.

Quiero dejar en claro que con esto no estoy diciendo que el recién convertido, el que solo conoce el evangelio, no esté preparado y no deba evangelizar y cumplir así la gran comisión. Lo que quiero enfatizar en cambio es que una vez entendido el evangelio no podemos simplemente quedarnos ahí. Es nuestra “obligación” seguir estudiando las Escrituras y seguir creciendo espiritualmente por medio del Espíritu Santo al momento de leerla.

Por otro lado, para poder ser un cristiano obediente y comprometido es necesario seguir estudiando la Biblia cada día de tu vida. Nunca es demasiado estudio de la Biblia y nunca habrás comprendido todos sus misterios, sino hasta el día en que estemos con Cristo para siempre.

El apóstol Pablo le indica a Timoteo que debe prepararse para usar bien la palabra de verdad:

2 Timoteo 2:15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

Cristo mismo nos dice que si le amamos debemos guardar sus mandamientos:

Juan 14:15
Si me amáis, guardad mis mandamientos.

¿Cómo vamos a obedecer sus mandamientos si no sabemos cuales son? ¿Cómo podemos decir que verdaderamente le amamos si no conocemos sus mandamientos para obedecerlos?

Básicamente se trata de que no es solamente estrecha la puerta para entrar y ser salvo, sino que también es angosto el camino por el cual debemos andar luego.

Mateo 7:14
porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Mira lo que dice en 1 Juan 1:6-7

Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

La única manera de poder discernir las tinieblas de la luz, es estudiando la Biblia, y viendo lo que para Dios es agradable y lo que Dios aborrece. Si realmente somos salvos el Espíritu Santo nos convence de pecado a diario y nos ayuda a entender la Biblia, pero es necesario leerla.

Hace poco tiempo tuve la posibilidad de comenzar a estudiar teología de manera online en el instituto Integridad & Sabiduría. No se imaginan la tremenda bendición que ha sido para mi vida el hecho de “tener” que ser constante en estudiar la Palabra de Dios, y el hecho de “tener” que rendir cuentas de lo aprendido para evaluar mi real aprendizaje. De partida eso me ha hecho ser constante en la lectura y estudio, pero además he aprendido muchas cosas que me han maravillado y me dan mucho más deseo aún de seguir estudiando y conociendo más. La Biblia es maravillosa… ¡Dios es maravilloso!

Pero, lo curioso es que cada vez me siento más ignorante. Cada vez más me doy cuenta de lo poco que sabía, lo poco que entendía antes de estudiar y lo mucho que me falta aún por comprender y asimilar. Poco a poco se van atando cabos en las Escrituras y logras entender que no son partes separadas, sino que son todas piezas de un gran rompecabezas, una sola gran historia, donde los personales principales (Abraham, David, Moises, etc) no son mas que personajes secundarios y el personaje principal es Dios.

Todas las historias “pequeñas” en la Biblia tratan realmente de la historia de Dios, de sus atributos, de su carácter, de su amor, de su justicia, de su misericordia, de su trato con nosotros. No somos nosotros los importantes sino Dios. 

No quisiera dejarte con la sensación de que “eres un mal cristiano” y que “es necesario” estudiar en un instituto o seminario bíblico, de hecho no es necesario. Pero sí quisiera animarte y exhortarte a leer más y más la Biblia y meditar en ella de día y de noche, como dice la Escritura. Conocerás mejor a Dios, podrás obedecer porque conocerás mejor sus mandamientos y podrás demostrar así tu verdadero amor por Dios.

Una última advertencia: Leer y estudiar la Biblia no es simplemente para adquirir más conocimiento, sino para que ese conocimiento cambie tu corazón y te permita ser transformado por el poder de la Palabra de Dios a imagen de Cristo, ¡Para su gloria!