¿Cómo estudiar la Biblia sin otros recursos?

Existen muchas herramientas y recursos que ayudan bastante al entendimiento de la Palabra (diccionarios bíblicos, comentarios bíblicos, bosquejos, mapas, etc), sin embargo ninguno de ellos es un requisito para hacerlo.

¿Quieres saber cómo estudiar la Biblia por ti mismo(a), sin ayuda de recursos adicionales? Aquí encontrarás algunas sugerencias:

1. Busca un momento y lugar íntimo

Quizás parezca obvio, pero debes tener un tiempo sin distracciones, sin apuro, donde puedas concentrarte y «dejarte llevar» cautivado(a) por la lectura.

Además de ello, te recomiendo tener una rutina de lectura. Intenta que cada día sea a la misma hora. Eso hará que estés más preparado, que no te olvides de hacerlo.

Algunos prefieren por la mañana, otros a la hora de almuerzo, otros por la noche. No hay regla para ello, pero debes buscar el momento y lugar adecuado.

 

2. Ora, dependes del Espíritu Santo

Este punto es fundamental: Nunca podrás entender la Palabra de Dios, si no tienes el Espíritu Santo dentro tuyo, obrando y dándote entendimiento.

Una vez que eres salvo, un hijo de Dios que ha entregado su vida por completo a Cristo, nuestro redentor, sabrás que todo depende de Dios. Él nos ha dejado el «ayudador», el «consolador» y por lo tanto en Él podemos y debemos descansar.

Estudiar la Biblia no se trata de sabiduría humana, sino de poder de Dios, gracia y misericordia de Dios.

Comienza tu lectura bíblica en oración, pidiendo sabiduría, pidiendo dirección, pidiendo que lo que aprendas lo puedas vivir, y que puedas ser más como Cristo, y que te pueda usar como instrumento para alcanzar a los perdidos y para edificar la iglesia.

 

3. Lee primero el libro por completo

Cuando alguien te manda un correo electrónico, de una página de extensión, difícilmente dejarás de leerlo en el primer párrafo y sacarás conclusiones. Por el contrario, lo lees de corrido hasta el final. Quizás no tienes tiempo y prefieres dejarlo y lo lees completo más tarde. ¿Cierto?

Pues, imagínate cómo era en los tiempos bíblicos. Cuando el apóstol Pablo escribía una carta a una iglesia, ellos al recibirla la leían por completo, en voz alta a todos, y luego la hacían correr entre ellos y entre otras iglesias (cuando Pablo lo indicaba).

Nosotros, por lo tanto, debemos leer la carta o el libro por completo, y si es posible más de una vez. Eso te dará el contexto completo, el sentir del autor, la intención del autor, para luego pasar a lo específico de cada capítulo y versículo.

Acá les dejo una imagen estadística con el tiempo que nos toma leer cada libro del nuevo testamento. No toma tanto tiempo, y realmente vale la pena.

En esta etapa no te pierdas en detalles. Si quieres haz una marquita, subraya o algo, pero no te detengas demasiado. Es una lectura más bien rápida y general, por encimita.

Acá puedes leer primera, segunda y tercera epístola de juan, sin divisiones, tal cual como la recibieron los destinatarios originales.

 

4. Divide los pasajes bíblicos por bloques «naturales»

Una vez leído el libro completo, como menciono en el punto anterior, ya corresponde profundizar. Para ello lee y estudia bloques pequeños.

No leas la Biblia basándote en la división de capítulos y versículos, sino tratando de lograr la división natural del pasaje.

Si tomamos de ejemplo el Salmo 1 algunas separaciones pudieran ser:

  • versículo 1 al 3
  • versículo 4
  • versículo 5 al 6

1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

4 No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento.

5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. 6 Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.

 

5. Pon atención a los «conectores»

Los conectores son parte muy importante en la lectura bíblica, ya que ayudan en el flujo de la idea del autor. Conectores pueden unir o contrastar dos ideas. Pueden crear una progresión para luego enfatizar un punto importante.

Los contectores como «por tanto», «por lo cual», «entonces», nos muestran la conclusión o consecuencia de lo que se acaba de decir. También son importantes los comparadores «como», ya que ayudan a ejemplificar lo que se quiere dar a entender.

Pon especial atención a ellos, la gramática es parte fundamental de nuestro idioma escrito, y es la manera en que Dios ha querido preservar su Palabra, en la Biblia.

 

6. Lee los pasajes relacionados

La mayoría de las Biblias incluyen a un costado, o con un número de referencia para luego poner en el pie de página los versículos relacionados al que estás leyendo. Esto es realmente práctico, y realmente importante en el estudio bíblico.

La Biblia es un conjunto de 66 libros, 2 testamentos y muchos tipos de escritos (históricos, de sabiduría, profeticos, etc), pero por sobre todo es «la gran historia de la redención«. La Biblia es la Palabra de Dios, que en su conjunto es un solo libro, una gran historia, todo en torno a Cristo. Por lo tanto, es muy importante entender o tener de referencia lo que la Palabra de Dios dice en otros pasajes respecto de lo que estás leyendo.

 

  • Muchas cosas del nuevo antiguo testamento eran «sombras» o «tipos» de lo que había de venir con Cristo.
  • Muchas cosas del nuevo testamento tienen sus inicios en el antiguo testamento.
  • Jesús y los autores del nuevo testamento citaron muchísima Palabra del antiguo testamento.
  • Profecías del antiguo testamento se cumplieron en el nuevo.
  • Toda la Biblia está relacionada, y debemos ser conscientes de ello.

 

A continuación muestro una imagen de ejemplo con versículo relacionado.
Leyendo 1 Corintios 15, versículos 23 al 25, te das cuenta que tiene de referencia Salmos 110:1… Luego, si vas a Salmos 110:1, te das cuenta que hay MUCHOS pasajes relacionados. 

 

Ve a cada uno de ellos y leelos en su contexto. Vale la pena tomar el tiempo para comprender bien la doctrina involucrada. Nadie te apura, no estás corriendo una carrera para terminar rápido el libro que estás estudiando, sino que estás aprendiendo y creciendo espiritualmente, y eso merece hacerlo pausado.

Si tu Biblia no tiene pasajes relacionados te recomendaría comprar otra. Haz ese esfuerzo, realmente vale la pena.

7. Raya tu Biblia

No tengas miedo de rayar tu Biblia. De subrayar, poner flechas, encerrar frases o palabras clave, agregar notas al costado, etc.

Todo lo que te ayude «gráficamente» a recordar, a entender, a relacionar ideas, valdrá la pena. Luego, cuando vuelvas a leer el pasaje, esas notas y marcas te ayudarán a recordar lo que aprendiste.

Cuando tienes la Biblia como nueva te da temor hacerlo. Piensas que es «sagrada» y debes cuidarla mucho. Sin duda que debes cuidarla, pero el papel no es lo sagrado, sino la Palabra de Dios, lo que está escrito ahí. Y todo lo que ayude a entenderla y aplicarla a tu vida vale la pena hacerlo.

8. Toma notas

Similar al punto anterior, es bueno tomar notas en una libreta, o en digital, evernote, google keep, etc. Lo importante es que luego puedas leer las notas y recordar. A futuro tendrás tus propios comentarios y será enriquecedor para tu estudio y comprensión.

En otras ocasiones puede ocurrir que al aprender más de la Palabra, tus notas ya no hacen tanto sentido, o estaban un poquito erradas. No te preocupes, eso debe ser motivo de gozo: Dios te está dando más sabiduría, y hoy eres más maduro, espiritualmente, que antes.

9. Llévalo a la práctica

Básicamente hay 2 fases en el estudio de la Palabra de Dios:

Primero, entender el pasaje. Comprender el contexto, el énfasis, el significado original.

Segundo, entender la aplicación. Comprender el significado que tiene para ti en tu vida personal.

Si no entiendes el contexto es muy probable que lo apliques mal a tu vida. Pero si entiendes el contexto pero Dios no te habla a tu vida personal, entonces solo estás sumando conocimiento, pero no creciendo espiritualmente.

Como hijos de Dios, salvados por gracia inmerecida, no somos más que nadie. Pero tenemos la gran bendición de ser hechos hijos de Dios, y la gran responsabilidad y bendición también de ir por el mundo predicando las buenas nuevas de salvación.

Para ello debemos estudiar la Palabra de Dios con la finalidad de conocerle más, de crecer a imagen de Cristo, y de agradarle solo a él. Nunca pierdas ese enfoque al estudiar la Biblia.

10. Ora nuevamente

Concluye tu tiempo de lectura y estudio bíblico, nuevamente en oración.

Pídele al Señor que te ayude a recordar y vivir lo que estudiaste. Que te ayude a meditar en la Palabra durante el día y durante la semana. Que te ayude a ser más como Cristo. Que te ayude a servirle como Él quiere que lo hagas.

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