La importancia de mostrarnos VULNERABLES

Como cristianos, entendemos que no hay justo ni aún uno (Romanos 3:10-18), y que fuimos salvados solamente por su gracia, sin ningún mérito u obra alguna que hayamos hecho (Efesios 2:8-9).

Gracias al perdón otorgado a nosotros por la obra de Jesús, fuimos justificados. Hemos pasado de muerte a vida, y de ser una criatura de Dios a ser considerados Hijos de Dios, miembros de su familia, miembros de su pueblo escogido.

Todo eso es maravilloso, tenemos una nueva naturaleza, definitivamente ya no somos igual que antes. No obstante, muchas veces caemos en el error mostrarnos como buenos ante nuestros hermanos en Cristo y sobre todo ante el mundo.

De alguna manera, esa nueva realidad de ser hijos de Dios (que es cierto), nos hace creernos mejores que otros, sobre todo si comienzas a servir cada vez más en la iglesia, en algún ministerio o en la predicación. Cada vez más crees que debes mostrarte como alguien intachable.

Quiero decirte algo: El solo hecho de mostrarnos “buenos” ante los demás, sin serlo, ya nos hace pecar de dos maneras. Orgullo y Mentira.

Si somos honestos, primero con nosotros mismos, aún cuando Jesús nos salvó, y aún cuando ahora no somos esclavos del pecado, seguimos pecando a diario. Seguimos luchando con la tentación. A veces oramos mucho, incluso ayunamos, pero otras veces oramos poco, y casi ni leemos la Biblia.

A veces quizás estudiamos mucho la Palabra de Dios, e intentamos de guardar todos sus mandamientos, pero al mismo tiempo tenemos cero o muy poca intimidad con Dios.

Quiero animarte, incluso exhortarte, a que no lleves la mochila de la justicia, del ser bueno, en tu espalda. Te llevará incluso a ser hipócrita. Por supuesto no debes andar publicando tu pecado por Facebook, o con cualquiera con quien hables, pero ¡Cuán liberador es ser honesto contigo mismo, y con los demás!

En una conversación con un hermano en Cristo, puede ser de tremenda bendición para él, el hecho de mostrarte vulnerable, de mostrarte como alguien falible y que también caes en pecado. Puede ser tremendo apoyo para él, que quizás hasta duda de su salvación por no poder vencer “su pecado favorito”, el saber que tu también luchas con lo mismo.

Líderes, pastores, no deben demostrar nada que no son. Deben mostrarse frágiles y dependientes cada día de la gracia y del amor de Dios, porque eso es. Los cristianos no somos ni más ni mejor que nadie, simplemente hemos podido ver, por el amor de Dios hacia nosotros, que Dios nos ha perdonado y que nos ayudará a ser más como Jesús cada día.

Mostrarnos vulnerables es ser honestos, y abiertos, para que otros también puedan ser honestos y abiertos con nosotros. Para que podamos orar unos por otros y luchar en comunidad, y no en soledad.

Mostrarte vulnerable hará que tu hermano o hermana pueda confesar también su pecado, y no temer tu juicio y condenación sobre ellos.

Se me vienen a la mente 2 pasajes, el primero es al apóstol Pablo… el “gran” siervo de Dios, hablando de su lucha contra el pecado, y cómo hace lo que no quiere hacer, y lo bueno que quiere hacer no lo hace (Romanos 7:19-25).

El otro, en Santiago:

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

Santiago 5:16

Así es como funciona, ser abiertos, honestos, confesar nuestros pecados, nuestra debilidad, nuestras luchas, y orar unos por otros. Depender de Dios cada día, y no de nuestros propios logros u obras.

Ningún cristiano está libre de pecado, ningún cristiano es perfecto, ningún cristiano da el ancho. Todos necesitamos del obrar de Dios en nosotros cada día, y del perdón de Dios cada día. Por lo tanto, no finjamos ser quien no somos. Te aseguro que serás de edificación y bendición a otros mucho más que si aconsejas ocultando tu pecado.